6 de noviembre de 2010

Soñando; Mi historia.

Raramente sueño algo no fantasioso, que tenga un sentido. Pero es menos normal acordarme CADA detalle (bah, lo hago a la mañana, cuando recién me despierto y a lo largo del día me lo voy olvidando, hasta que cuando se lo cuento alguien, ya es mierda). Hoy, les voy a narrar el discurso EXACTAMENTE igual que como lo dije en el sueño, que ahora me causa gracia y 'entiendo' como los del sueño se reían.

La consigna era dar una lección oral para la que habíamos estado estudiando (mi grupo y yo) durante semanas. Pero antes de empezar, el profesor nos puso dos sorpresas: Teníamos que hacerlo con todo el colegio como audiencia y antes, hacer una mini biografía propia, que saque una sonrisa. Y la mía, fue algo así (eran medio flasheras las cosas que pasaban, eso sí):

[Ropa del colegio] Aunque mis padres en Uruguay [en una pantalla de atrás, foto de ellos ahí] y mis hermanos en Tierra del Fuego [igual que con mis viejos], yo nací en el medio del quilombo; La Plata, Buenos Aires. Aunque podríamos hacer cálculos de que fui engendrada en la provincia fría [video de mis viejos 'haciendome' QUE RICO,diuj] y gestada en el país de al lado [foto de la panza de mi vieja en Uy; Literalmente solo la panza, como si pusieran un boul dado vuelta y sacado fotos por el mundo] *Risas* (aunque sospecho que eran por las fotos).
En mi niñez fui un nene. Heredaba la ropa de mis hermanos mayores, jugaba con ellos y fomaron un travesti, podríamos decir [foto de yo con pelota y equipo de fútbol] *Risas*. En el colegio cuando las nenas jugaban a las muñecas yo no entendía cual era la pasión de hacerlo, aunque tenía algunas, las usaba medio minuto y las dejaba tiradas desnudas. *MediaRisa*.
Cuando nació mi hermano pequeño [foto de recién nacido: la típica que salis horrendo, y ROJO], tuve el mejor bebote de esos de juguete. Por la tecnología que había en ese entonces, lo máximo que hacían los bebes era tener un chupete movible, con el agujero en la boca, que también le podías meter pelotitas de acero o mini piedritas y sacudir al bebé para escuchar el ruido que hacian *Risas* Pero el mío era una edición especial: Lloraba si tenía hambre, si se lastimaba, si lo tocabas mucho, si no lo tocabas demasiado, si tenía sueño, y sobre todo: se cagaba todo el tiempo *Risas*. ¿Cuál era la envidia entonces? Eso mismo, podíamos jugar a ser la mamá con demasiada exactitud y pobre de mi hermano [lo señalé, porque estaba sentado, como todo el colegio, escuchando mi discurso *Risas* (porque ahora sabían quien era el bebe cagador)] que con la fuerza y el tamaño de mis brazos que yo tenía, solo lo podía agarrar del cuello y transportarlo así de un lugar a otro [foto de mi hermano colgando de mí, con cara de NECESITO AYUDA].
A los doce, digamos... me transformé en una señorita *Risa por parte de las mujeres* , pero una con algunas fallas: me vestía toda de turquesa; TUR-QUE-SA! [foto de mi bincha de las chicas super poderosas; Turquesa. Pantalón de jean con apliques turquesas. Remera turquesa con detalles en distintos tipos de turquesas. Ah, y botas hasta las rodilllas... asquerosamente turquesas] *Risas*. Y ahora ésto [aparece video de yo con ropa de vedette bajando las escaleras y mágicamente aparezco así también en el medio del escenario, lista para dar mi lección sobre las pinturas del renacimiento].
Ok, no puedo explicar lo último, pero... me acuerdo que fue exactamente así, y hasta mejor, pero no puedo narrarlo de otra forma, hasta empiezo a olvidarmelo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo dejar de pensar que siempre quise tener un hermano mayor y tú tienes hasta hermanos, en plural :(
Yo también me hubiera reído con tu sueño xD

The stories across the sky. dijo...

Te los presto si queres! Al menos no que es mi vida, pero algún día quizá me atreva a soltarlo.. voy a tener que hacerlo jaja.

Publicar un comentario