Terminé una semana que empezó con todo. Mi humor fue bueno todos los días y agradezco, aunque hay ciertos momentos que a través de otras personas sacás eso que tenes escondido. Y no se puede ser totalmente egoísta, tenés que atender a los demás y ver que les pasa, quizá animándolos haciéndoles saber que no son los únicos, que dentro del caos están acompañados.
Entonces, tuve suficiente tiempo para negativizarme y ver, a pesar de eso, que hay personas que pueden valer la pena. Ésta semana encontré dos más. No es que ya haya verificado que son maravillas ni que pretenda llegar 'al fondo' de ellas, pero son pequeñas lucesitas que se van quedando prendidas, ténuemente hasta poder concretar formar una lamparita. Mi pequeña lamparita de gente bien. Gente inspiradora, que da alegría saber que cada día nuevo que empieza siguen su vida, orgullosos por sus nuevos pasos y tristes por sus fracasos.
Dejando el sentido metafórico de mi idea, me refiero a personas que les asignás un lugar en tu mente (no hace falta en el corazón, porque eso es algo mucho mas serio), que causan una repentina buena impresión y sabés que aunque no vuelvas a verlos, van a trascender en todo, porque lo merecen...

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